9 jul 2020
El pan de centeno ocupa una posición única en el mundo. Aunque sigue siendo un alimento básico muy apreciado en regiones como los países nórdicos, todavía es relativamente desconocido en otras. Valorado por su mayor vida útil, su alto contenido en fibra y mucho más, el pan de centeno ofrece nuevas oportunidades para los panaderos.
Descubre los beneficios que puede aportar a la salud y al estilo de vida de tus clientes, en un contexto de creciente demanda de productos de panadería que tienen en cuenta la salud intestinal.
El pan de centeno tiene raíces profundas en el norte de Europa, donde, desde hace siglos, los exploradores vikingos lo tenían como referente de alimentación durante sus travesías gracias a su larga conservación. Esta tradición se refleja hoy en la preferencia de países como Dinamarca por panes de centeno robustos y densos, que aportan sabor y una vida útil de semanas o incluso meses, en lugar de solo días.
La resiliencia del centeno en climas fríos lo ha convertido en un cereal básico en el norte de Europa, donde a menudo crece con mayor fiabilidad que el trigo. Antes de las modernas cadenas de suministro, esto era crucial y llevó a los panaderos a desarrollar técnicas que destacan las cualidades densas y nutritivas del centeno, como la tradición islandesa de hornear con vapor geotérmico o el uso de masa madre para aportar sabor y estructura.
El pan de centeno ofrece un sabor denso, terroso, con matices de dulzor natural. Su perfil gustativo va de lo maltoso a un toque ligeramente ácido, según la receta y la fermentación, diferenciándolo de los panes de trigo más suaves.
La naturaleza ácida de la masa madre limita la degradación del almidón y mejora la flexibilidad de la masa. Así, el pan de centeno retiene mejor el dióxido de carbono y se corta con mayor facilidad. Por ello, suele venderse ya rebanado para mayor comodidad.
La versatilidad del centeno abre un amplio abanico de posibilidades en panadería. Estas son algunas de las variedades más populares:
El centeno es apreciado por su alto contenido en fibra, que apoya la digestión y ayuda a prevenir el estreñimiento. Además, contiene menos gluten que el trigo y es rico en vitaminas del grupo B, aportando más valor nutricional que muchos panes blancos o de trigo estándar.
Pero sus ventajas nutricionales no acaban allí.
Investigaciones de la Universidad de Lund (Suecia) señalan que el centeno ayuda a controlar el apetito y la glucosa en sangre. Los estudios mostraron que los panes de centeno, especialmente los integrales y fermentados con masa madre, reducen de forma significativa la sensación de hambre y ayudan a mantener niveles de glucosa más estables.
De hecho, los participantes se sintieron saciados durante más tiempo tras consumir pan de centeno si lo comparamos con el pan de trigo, lo que convierte al centeno en un posible aliado en la gestión del peso y del azúcar en sangre — una preocupación creciente que puedes abordar incorporando esta variedad a tu oferta.
Gracias a su vida útil prolongada y su alto valor nutricional, el pan de centeno responde a la creciente demanda de opciones ricas en fibra y más nutritivas, a la vez que contribuye a los objetivos de sostenibilidad. Al incluirlo en tu gama, ofrecerás una opción integral, diferenciada y alineada con las tendencias de salud y bienestar.
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